A este grupo de personas Umberto Eco los calificó como “la legión de idiotas”. Son aquellos mediocres que se han apoderado de las redes sociales para bombardear, sin pena ni gloria, a la población, especialmente a la población ecuatoriana, que en muchos casos peca de ingenua, no sé si por ignorancia, o lo que es lo mismo, por dogmatismo o fanatismo.
Es insufrible leer en estas redes a personas que pretenden ser letradas, eruditas, y plasman, sinceramente, pavadas en sus espacios.
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Entre ellos hay algunos cuyos “razonamientos”, no son más que consignas repetitivas, que hasta ahora sustentan con razones válidas.
El mismo exasambleísta Aleaga, que, en su desesperación por verse descubierto en actividades claramente ilícitas, recurre a “hacer públicas conversaciones con la fiscal Salazar”, mientras que durante los planteamientos de juicio político, a la misma fiscal, por parte de su agrupación política, ni siquiera los mencionó.
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De igual manera, un expresidente que hoy se desgarra las vestiduras por la Refinería del Pacífico, alegando que los otros gobiernos no hicieron nada por construirla, sin acordarse de que fue él quien dejó a medias la construcción por mal planificada, evidencia clara de improvisación y desconocimiento.
Es inadmisible ver las piruetas y contorsiones de dirigentes políticos, tratando de “salvarse quien pueda” de los hilos y cuerdas que salen de los casos Metástasis y Purga, con claras muestras de desesperación genuina, y, “razonamientos” disparatados, encaminados a desprestigiar a la fiscal, mas, no a demostrar, con razones, su ninguna vinculación.
Las redes sociales seguirán siendo la herramienta de difusión de la “legión de idiotas”. (O)
José Manuel Jalil Haas, ingeniero químicos, Quito