Hoy en día los jóvenes estamos adversos a establecer metas para el crecimiento personal y profesional, lo cual es lamentable porque nos conformamos con los estudios para un título de tercer nivel, sin inmiscuirnos en algo que pueda contribuir a brindar una mano a las problemáticas sociales.

Formemos parte de alguna organización cuyo propósito es la lucha por la paz, o en contra de las guerras, la discriminación, la contaminación, la pobreza, etc. Existen proyectos inconclusos, promesas falsas. Los jóvenes necesitamos fuerza y apoyo para ser líderes en la sociedad, ayudar a remediar todo el daño y cumplir.

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El poder juvenil puede ser la opción necesaria para rescatar los principios y valores; puede ser la voz indicada para concienciar al mundo que hoy en día se está desvaneciendo en la corrupción, las drogas, la delincuencia, la avaricia, los robos, etc., y que el futuro que están dejando muchas personas adultas a las generaciones futuras son crisis espantosas. (O)

Arianna Melissa Pérez Soriano, Guayaquil