Las auditorías gubernamentales se realizan para identificar oportunamente posibilidades de mejora en la gestión pública, y cuando existen evidencias adecuadas establecer responsabilidades.

Para que el control sea eficaz, debe ser oportuno y no como ocurre con la publicitada glosa a la gestión de la Refinería del Pacífico, cuyas primeras iniciativas e inversiones se iniciaron hace más de diez años. Técnicamente no es aceptable que proyectos e inversiones de enorme importancia por sus efectos en la vida del país y por los montos de los recursos se realicen con total falta de oportunidad. Los modernos sistemas de control dirigen sus esfuerzos hacia las áreas de mayor riesgo e importancia, utilizando tecnología para recopilar evidencias con acceso en línea a los sistemas de información de las instituciones. Para cumplir este propósito, no se requiere de un Tribunal de Cuentas como se ha planteando equivocadamente, sino modernizar el sistema de control de la CGE, sumado a procesos de selección de autoridades y directivos que eviten la conformación de grupos organizados para delinquir, como los que se están investigando. La Asamblea Nacional debería liderar una profunda evaluación de la gestión de la CGE y de otros organismos de control, para que cumplan adecuadamente sus responsabilidades. (O)

Mario Gustavo Andrade Trujillo, auditor, Quito