El nuevo director ejecutivo de la CTE dio a conocer, cuando cumplió los primeros 15 días de estar al frente de esta institución, que encontró que la corrupción estaba enraizada.

Gran trabajo tiene dicho funcionario que debe erradicar sistemas de corrupción que existen desde hace años; no solo se trata del tema de las licencias o los famosos cursos para nuevas vacantes de sus tropas (hay un número de vacantes y aceptan y cobran tres veces más el número de aspirantes, según denuncias); y también de dotar con tecnología los diferentes procesos y otras gestiones que dentro de la institución se realizan, como los cursos que cobran al personal uniformado y prácticamente no sirven para actualizar al personal, en lo referente a tecnología, recursos legales, reforzar experticias sobre la labor que desempeñan o cualquier otro conocimiento que los pueda actualizar en la profesión; sino al parecer, les obligan a tomar estos cursos previo al pago de los mismos. Miembros de la institución por cuenta propia han realizado estudios de leyes, finanzas, administración, etc.; la institución debería especializarlos, pero no ocurre así. Ojalá el nuevo director escuche a los miembros, pida una auditoría externa o a la Contraloría que haga exámenes de los valores que cobra la institución por todo concepto y saber en qué se gastan. (O)

Segundo Gerardo Vargas, ingeniero comercial, avenida Samborondón