En los últimos 13 años la deforestación ha arrasado 43 millones de hectáreas en todo el mundo, acabando con bosques y selvas de forma masiva, causando inmenso daño a la calidad de los suelos.

La destrucción de los bosques tropicales –que son los ecosistemas con mayor diversidad biológica del planeta–, libera 2,64 millones de toneladas de carbono, una cantidad equivalente a las emisiones anuales de 570 millones de automóviles. Desde 1990, principalmente, se han perdido por la tala y quema de bosques, 420 millones de hectáreas a nivel mundial.

Los bosques son los pulmones de la Tierra, las reservas más importantes de la biodiversidad y son sumideros del carbono natural, ya que mitigan los efectos negativos del calentamiento global al capturar y almacenar el C02 de la atmósfera. (O)

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Gilbert Ortega Calderón, ingeniero agrónomo, Guayaquil