Estamos viviendo en el caos, sometidos por gentes dedicadas a la vida licenciosa que nos tienen acorralados, cruces de balas a diestra y siniestra, según dicen en las noticias que son ajustes de cuentas entre los impúdicos, ¿pero por qué nos ajustan o reducen la libertad de transitar por calles a quienes no estamos enrolados en esos líos?

Las autoridades dan a entender que carecen de plan, no se ponen de acuerdo para que las leyes sean reformadas. Los abogados de maleantes para evitar que esos sigan en las cárceles aplican a su manera el habeas corpus, todo está a medida del mal; las bandas apoderadas de los barrios cobrando dinero a contratistas de obras públicas para ‘protegerlos’. ¿Por qué las autoridades no identifican a los cabecillas y miembros para ajusticiar o castigar actos delincuenciales? Es necesario reformar el sistema de educación para que los niños en hogares y escuelas se eduquen para ser buenos ciudadanos; implantar costumbres que algunos creen son sin importancia como saludar, ceder el asiento a las damas y los mayores, no robar, no lanzar basura, etc.; fomentar los valores en la familia en todos los estratos. En cuanto a la plaga de las drogas, los profesores, colegios y asociaciones de profesionales, choferes, barrios, organizaciones sociales, universidades; estructuren un manifiesto para que las autoridades organicen un sistema de inteligencia en el país, para actuar con técnicas y no a la bartola, legislen a favor de las mayorías. Es urgente la unión de los buenos para frenar los exabruptos de quienes ganaron elecciones hace más de diez años y ahora siguen en la palestra defendiendo a los que robaron al Estado, los delincuentes de corbata que sentaron bases para crecimientos de bandas que están apoderadas de nuestra tranquilidad; vale la unión porque, señores, se agotan las esperanzas y aumenta la inseguridad de nosotros. (O)

Rodolfo López Osorio, arquitecto, Guayaquil