Resulta que ahora los parlamentarios españoles, con mayoría suficiente, han votado a favor de la eutanasia. Se acabó la preocupación por la vida de las personas. Esa preocupación habitual y lógica en todos los individuos normales, de que no se muera este señor que ha tenido un accidente, o este hermano que se ha puesto muy grave por el coronavirus, o mi hijo que se ha estrellado con la moto. Normal. Es lo natural, aun sabiendo, todos los que tenemos fe, que la muerte nos lleva a la eternidad, pero nos parece lógico que esa persona moribunda o muy grave pueda seguir viviendo, sobre todo si Dios lo quiere así.
Pero ahora los médicos son dioses que pueden decidir sobre la vida de una persona. Sí, nos dirán que es decisión del paciente, y yo les recuerdo que cualquier persona con dos dedos de frente procura evitar un suicidio, y que la autoridad tiene la obligación de oponerse, entre otras cosas, porque se intuye que en todo suicidio hay un momento de desesperación, de obnubilación, de ceguera. Se ponen todos los medios, incluso la violencia, para que esa persona no se quite la vida. A partir de ahora eso ya no será, estaremos en peligro de muerte. (O)
Jesús Domingo Martínez, España