El Servicio Nacional de Contratación Pública, Sercop, ¿para qué sirve?, ¿ha transparentado la contratación pública y evitado la corrupción?, ¿dónde estuvo esta institución y sus funcionarios en los cientos de casos de corrupción por contratos de compra de insumos, equipos, materiales, etcétera?, ¿por qué no ha podido evitar los sobreprecios o las obras públicas inconclusas o mal terminadas?, ¿por qué ha permitido y tolerado monopolios estatales? o, simplemente, ¿por qué no ha cumplido su trabajo?
Estas son algunas de las preguntas que nos hacemos miles de ecuatorianos que hemos sido testigos, por más de trece años, de que la contratación pública sigue siendo el mayor espacio de corrupción del país.
Como no podía ser de otra forma, durante la presidencia de Rafael Correa, se crea el Sercop para supuestamente garantizar la transparencia y evitar la discrecionalidad en las compras públicas y que la administración pública en sus procesos de contratación sea eficiente, eficaz y libre de corrupción. Lo cierto es que es una institución controlada por la Presidencia de la República, pues su director general es designado por el presidente y en su directorio, 4 de los 6 miembros son parte del Ejecutivo.
Lo que ha pasado por la vista y por las manos de esta institución hay que ponerlo por escrito para ver la dimensión del problema: (I) Entre 2010 y 2018, la contratación pública representó, en promedio, el 27,7 % del Presupuesto General del Estado y el 8,9 % del Producto Interno Bruto. (II) Desde 2007 hasta 2016, la Contraloría General del Estado envió a la Fiscalía General del Estado 2.037 informes con responsabilidad penal, de 566 instituciones públicas relacionadas con contrataciones y de los cuales el 70 % pertenece al Gobierno Central. (III) El Banco Interamericano de Desarrollo determinó que un tercio del gasto de los Gobiernos se va en contratación pública y que de ello, “del 10 al 30 % se desperdicia en corrupción”, evidenciando que cerca de 70.000 millones de dólares se perdieron durante el gobierno de Correa por malos manejos en contratación y obras públicas. (IV) El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) determinó que en cinco proyectos emblemáticos se perdieron 2.400 millones de dólares por desvío de fondos y millonarios sobreprecios. (V) Entre los casos de corrupción más sonados, tales como Odebrecht, Petroecuador, Singue, Petrochina, McSquared, INA Papers, Coca Codo Sinclair, Vialmesa, planta de gas Monteverde, Seguros Sucre o Refinería del Pacífico, se encuentran involucrados funcionarios y personas cercanas al Poder Ejecutivo de los últimos Gobiernos.
¿Cómo puede ser que esto haya pasado si tenemos una institución que está llamada a vigilar y controlar exclusivamente la contratación pública? Si usted, estimado lector, concluye que el Sercop no ha cumplido con su tarea, ¿no le parece extraño que ninguno de sus directores generales (entre los que se encuentra el candidato Andrés Arauz) haya enfrentado a la justicia o a un juicio político por parte de la Asamblea Nacional?
Sin lugar a dudas, el próximo gobierno tendrá una importante tarea en esta área. (O)