Andrés Arauz, precandidato presidencial, publicó el 20 de abril un artículo titulado ‘Desdolarización mala y desdolarización buena’. En la versión original se mencionaba que al nuevo sistema “se le podría apodar con un nombre, el de la nueva ‘moneda’”. El 26 de noviembre, al fijarse que el artículo había generado críticas, primero bloqueó el acceso, y luego presentó una versión modificada, en la cual la “dolarización buena” aparecía entre comillas, y ya no aparecía la frase “nueva moneda”, sino la frase trunca “se le podría apodar con un nombre”.
A la par, el correísmo presentó una propuesta de ley para crear una ‘Renta Básica Universal’ (RBU), por 400 unidades de la “moneda electrónica”. Una propuesta casi idéntica aparece en el plan de gobierno de Yaku Pérez: “dicha renta básica se podría pagar en dinero electrónico”.
Si bien la RBU iniciaría con 400 unidades de moneda electrónica, es previsible que en pocos meses su valor caería, por tratarse de una emisión inorgánica sin ningún respaldo ni financiamiento. Las cuasi-monedas emitidas en Argentina, al final del periodo de convertibilidad, perdieron hasta el 35% de su valor; mientras que el ‘petro’ venezolano, una moneda electrónica, ha perdido el 85% de su valor. La RBU podría llegar a representar menos que los $ 50 del bono de desarrollo humano.
Si el Estado usa dicha ‘moneda electrónica’ para pagar sueldos a los empleados públicos, a los proveedores, etc., rápidamente se impondría un sistema bimonetario, en el cual la ‘moneda electrónica’ perdería valor rápidamente; y podría producirse una desdolarización de facto, incautando cuentas en dólares y restringiendo el acceso a dólares para importadores.
El artículo de Arauz continúa proponiendo elevar el ‘impuesto a la salida de divisas’ al 27%, el que se convertiría en un ‘cupo fijo’ vendido por el Banco Central. Cabe mencionar que, si bien este impuesto se denomina ‘a la salida de divisas’, en la práctica se vuelve en un desincentivo para el ingreso de divisas por inversión, dado que los inversionistas saben que, para poder importar maquinaria, bienes intermedios e insumos, así como para poder repatriar los dividendos, tendrán que pagar esa tasa. A ello se añade que el ‘cupo limitado’ sería concedido por el Estado.
¿Por qué candidatos presidenciales propondrían una ‘desdolarización’ mediante la emisión de una ‘moneda electrónica’, considerando que la dolarización goza de una popularidad del 90%, dado que el dólar es una ‘moneda dura’ que genera certidumbre, y permite realizar inversiones y obtener préstamos a largo plazo?
La respuesta es que la dolarización impone disciplina económica y fiscal. Si caen las exportaciones, se deben restringir las importaciones. Si bajan los ingresos fiscales, se debe restringir el gasto público. La única alternativa es endeudarse, como lo han hecho los gobiernos de AP, hasta alcanzar una deuda de 60% del PIB. Arauz propone “reducir en 10% la salida bruta de divisas privadas”; y además “repatriar $ 12 mil millones del sector privado”. Amenazas de incautación, impuestos del 27%, y restricciones al sector privado no generan un incentivo para atraer capitales externos. (O)