En diciembre el clima en Guayaquil está más caliente, el sol se siente fuerte a las primeras horas del día. Los fabricantes y vendedores de camaretas hacen comercio con productos con pólvora.
Cada año por esta época existen incendios, no solo por las conexiones caseras de guirnaldas de focos, arbolitos navideños conectados todo el día en la casa, sino por la fabricación clandestina -en talleres en las viviendas- de camaretas, petardos, diablillos, etc.; y familias en cuartos sin ventilación confeccionan, almacenan dichos productos que por el calor explotan, muriendo muchas víctimas inocentes en los barrios. La policía, los bomberos, y los hospitales, tienen mucho trabajo en diciembre.
En el 2020 no existen camas y personal para los enfermos de COVID-19, en los hospitales, tampoco habrá para las personas quemadas en incendios y explosiones. Puede ser necesaria una requisa de productos peligrosos, fabricados de una manera criolla, es decir que no cumplen con los parámetros de seguridad industrial, con locales adecuados para manejar pólvora, esto no puede confeccionarse en barrios residenciales.(O)
Iván Mogro Ch., Guayaquil