Dicen ciertas personas que para que el mundo prospere tienen que cambiar las tradiciones porque existen verdaderos sistemas modernos mejores que los anteriores, metodologías que pretenden crear actualizaciones acordes con una época que los seres humanos perdieron su norte porque usualmente no se aplican principios ‘obsoletos y caducos’.
El saludo, dar las gracias, dar el puesto a una mujer, un anciano, abrirle la puerta, etc. Los valores y virtudes son parte de un preterito, y los antivalores son parte del mundo moderno donde ser virtuoso es ser anormal y ser normal es ser una antítesis de lo que usualmente se aplicaba de cultura, educación, solidaridad, respeto. La pandemia es una gran oportunidad de pensar en lo que hacemos y lo que deberíamos hacer, por ejemplo, ayer la conquista a una chica duraba tiempo, y hoy es más fácil con un mensaje de celular. Los valores deben ser perdurables. (O)
Eduardo Emilio Jiménez Macías, Salinas, Santa Elena