Con el pasar de los años, algunas personas comienzan a perder el miedo, otras a agarrarlo tan fuerte que ya no logran soltarlo. Espero que seas de las primeras, porque con el paso del tiempo deberíamos de querer vivir más, sin hacer que nuestra mente piense tanto.
Tenemos alma, mente y espíritu, tres cosas de las que no nos percatamos. No siempre tenemos agallas, a menudo perdemos la fuerza, y si nos ponemos a hablar del amor, ¿a que no saldrías perdiendo?, porque el ser humano ama con tanta intensidad, pero irónicamente decide no expresarlo, por miedo. Estamos tan recargados de ese amor que implota, nos terminamos asustando. Tú me puedes decir, “pero si yo le he dicho que lo amo, que la amo”. Y yo te pregunto: “¿se lo has demostrado con la intensidad del amor que sientes?”. Nos guardamos las palabras, los sentimientos, por miedo a sacarlos. (O)
Ana Cristina Neira Ramos, avenida Samborondón