Menores de edad, jovencitos, ancianos, con caras de hambre, dolor, algunos discapacitados, todo el día están en parterres, calles, a la entrada de templos, supermercados, restaurantes, en el piso ‘cuidados’ por un ‘familiar’ que pide dinero. Cuando les regalan comida se comen todo solos, no dan a los enfermos.
En veredas de Chimborazo, Clemente Ballén..., en pandemia y sol, una adolescente con parálisis, en un coche de bebé, cómo estará escaldada, se ve que tiene dentro de una licra un pañal, así pasa todo el día y un ‘familiar’ pide limosna para la chica. Estas personas deberían estar cuidadas en albergues que debió crear el Gobierno. (O)
Solange Dalia Alcívar I., Guayaquil