El 9 de octubre debió haber sido un día glorioso para celebrar el bicentenario de la independencia de Guayaquil. Esta pandemia nos imposibilitó celebrarlo con un estallido de júbilo de miles y miles de gentes que profesamos un amor común por la libertad, por la independencia de pensamiento y acción.
Pero aún así, ante la imposibilidad de reunirnos masivamente los ciudadanos para recordar a aquellos héroes que tuvieron la visión y el ímpetu para decidir que 1820 sería el primer año de nuestra independencia de España, lo recordamos por igual, y estamos agradecidos por lo que pensaron e hicieron. Nos dieron el destino que tenemos hoy. Tengamos conciencia de que hemos recibido también la obligación y el compromiso de mantener esta independencia contra cualquier individuo o tendencia política, que ose ponerla en riesgo o intente conculcarla. Desde hace 200 años Guayaquil fue libre y nos ha gustado serlo. Sigamos así ¡Viva el bicentenario!, ¡vivan José Joaquín de Olmedo y todos los próceres que nos dieron ese ejemplo de libertad! Salud bicentenario. Salud Guayaquil! (O)
Xavier L. Salinas Andrade, ingeniero eléctrico, Guayaquil