Hace mucho tiempo hubo plagas que asolaron al pueblo egipcio como una lección divina. Las sociedades modernas pueden vivir más tranquilas porque hoy en día existen controles de plagas que impiden que devasten cultivos, etc., o conviertan nuestra realidad en un infierno.
Sin embargo, aún no aparece un control de otras plagas que se encargue de aniquilar la corrupción, la pereza, el orgullo, la injusticia, la indiferencia...; porque si existiera control la humanidad se encontraría de cara con su extinción, y es que nos acostumbramos a estas plagas desde el día que nacemos. (O)
Álvaro Alejandro Ortí Maldonado, Quito