Cuesta mejorar continuamente. Cuesta ser esclavos cada día de mejores hábitos. Unos procuran ir conociendo más, pensar más en los otros, y otros se relajan. Hábitos perniciosos al comer (comida chatarra, azúcar que baja defensas, embutidos carcinogénicos, transgénicos; teflón, aluminio); ni se enteran que hay que estar viendo si pasa el agua por la mascarilla para reponerla. Cosas básicas. Nuestros nativos no. Ellos practican los tres tempranos: levantarse temprano, almorzar temprano y dormir temprano; viven en armonía con el ambiente.
¿Qué nos pasa? ¿Somos impacientes?, ¿irresponsables?, o sencillamente mediocres. Vamos Ecuador, demostremos que somos más que un pueblo único en el mundo, por incomprensible (J. García). Seamos ese pueblo inteligente, amable, piadoso, alegre (J. Bergoglio), pero responsable, que mejora continuamente, que ama la vida. ¿De algo me he de morir? ¿Chulla vida?, o la increíble oportunidad de servir, de saber, para hacer más (Biota Máxima, Puce). (O)
Diego Fabián Valdivieso Anda, economista, Quito








