Un exgobernante cuando era presidente actuaba de manera compulsiva, explotando en público, mostrando arranques de furia no compatibles con la madurez que se exige a quien gobierna un país. Sus seguidores atribuían esto a su carácter costeño. El actuar compulsivamente no tiene nada que ver con ser costeño o serrano.
Definición que existe de compulsión: “término usado en psicoanálisis que define a un sujeto aparentemente sano que presenta una conducta adictiva u obsesiva, irresistible ante una determinada situación subyugante..., este síndrome es un trastorno psicológico que afecta a personas con perfiles clínicos tales como padecer algún tipo de angustia reprimida o situaciones agobiantes, personas dadas a tener un mundo lúdico o sentirse poco estimuladas y que buscan un escape a esta situación autoestimulándose con la adicción al objeto de sus deseos”. En resumen, es un trastorno psíquico que puede tener efectos desastrosos cuando una persona ejerce el poder. Recientemente leí en redes sociales un mensaje de dicho expresidente que reconocía que había reproducido una noticia fake (falsa) porque creyó que era verdadera. He allí el típico comportamiento compulsivo, falto de racionalidad. (O)
José Manuel Jalil Haas, ingeniero químico, Quito