Ciudadelas del norte necesitan de fumigación por las ratas, cucarachas, moscas, a lo menos por una vez en la vida, igual, que manden del Municipio de Guayaquil a cortar las ramas feas de las palmeras que se encuentran sembradas en las veredas.
Durante los seis meses de pandemia, roedores, insectos, merodean por las alcantarillas, jardines de los parterres, esquinas donde los malos vecino dejan sus basuras. Y las palmeras de la regeneración urbana están pudriéndose, torcidas las ramas secas, necesitan de una poda y de agua para colmo no ha llovido mucho en el año. (O)
Gerardo Coello Potes, Guayaquil