Por primera vez en la historia del Ecuador hemos conseguido el ‘campeonato mundial de corrupción’ en forma magistral, anotando la mayor cantidad de goles sin recibir ni uno solo en contra; nuestro ‘arquero’ entregó su valla invicta.
El ‘entrenador’, durante los diez años que estuvo al frente del equipo, sacó a los titulares y jugó solo con las reservas, quienes convirtieron goles olímpicos, goles de chilena, goles de palomita, goles de cabeza, goles de volea, goles de taquito, goles de tiro libre, goles de penal, goles con la mano y goles off side; con la ayuda parcializada de árbitros venales. Cansado de golear a todo el mundo, recibir jugosos contratos y cobrado millonarias primas, renunció. Y se fue. Manejó tanto dinero, que tiene asegurada toda su vida sin trabajar. Sus jugadores también.
Nombraron a otro ‘entrenador’, que como no tenía experiencia utilizó a la mayoría de los reservas del anterior equipo, porque no tenía ni plata, peor experiencia. Le dejaron el equipo en soletas, sin recursos, endeudado y con dirigentes corruptos. Sus jugadores goleaban, pero con jugadas viciadas de nulidad y con el árbitro inclinado a su favor. Pero había una jueza de línea inflexible que les anuló muchos goles y expulsó del campo a los infractores.
Al primer entrenador, satanás lo está esperando en ¡las puertas del infierno! (O)
Augusto Mauricio Cornejo Franco, arquitecto, Guayaquil