Si buscamos culpables de los problemas del Issfa (Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas) que –dicho sea de paso– existen, no obtendremos solución; las etapas de investigación duran tiempo y no se alcanza a ver si fueron sancionados. A mi edad, y como las cosas se dan, las veo difíciles, ciertos ‘manejos’ no han sido positivos y han llevado a pérdidas y a déficits. No se necesita ser erudito para dar una opinión.
Algunos señores de jerarquías máximas han manejado a su interés y –salvo ciertas excepciones– llenado la institución de trabajadores y colaboradores, sobrepasando el límite, logrando desencadenar flujos económicos, por sueldos dorados a parientes y amigos íntimos, llevándola al abismo. Ha habido señores que se han preocupado de la tropa y, por otro lado, es cierto que otros han sido un verdadero atentado en muchos repartos que los veían como sus haciendas y al personal como peones, sin las consideraciones, por eso nos tienen rogando a Dios y mendigando que cancelen nuestras pensiones ganadas con sacrificio y tener una vejez digna, como merecemos los pensionistas y derecho al montepío del Issfa. (O)
Edwin Francisco Morales Erazo, militar (S.P.), Guayaquil









