La presencia del coronavirus SARS-CoV-2 es notoria en varios cantones donde no se habían registrado mayores casos desde que el Ecuador empezó a llevar registro de su impacto en la población.

Transcurridos 90 días del primer decreto de estado de excepción y su renovación, que tuvo vigencia hasta ayer, el presidente Lenín Moreno emitió uno nuevo argumentando otra vez la “calamidad pública” por la presencia de la pandemia del COVID-19.

El artículo 166 de la Constitución del Ecuador establece que “el decreto de estado de excepción tendrá vigencia hasta un plazo máximo de sesenta días. Si las causas que lo motivaron persisten, podrá renovarse hasta por treinta días más”.

Al no haber culminado la crisis sanitaria, era necesario un segundo decreto de estado de excepción para ratificar la suspensión del derecho a la libertad de tránsito, de asociación y de reunión, con la finalidad de mantener el aislamiento y el distanciamiento social para así aminorar las probabilidades de contagio.

Hay preocupación por los casos de COVID-19 que siguen llegando desde cantones vecinos a los hospitales de Guayaquil y Quito. En el más reciente reporte se señala que las últimas 24 horas se registraron 571 nuevos pacientes con COVID-19. Sin embargo, también hay demanda por reactivar la producción y el consumo para dinamizar la economía.

En el Decreto Ejecutivo 1074, que estará vigente hasta el 15 de agosto, se argumenta su emisión también “por la emergencia económica, sobreviviente a la emergencia sanitaria que atraviesa el Estado ecuatoriano”, para establecer mecanismos emergentes que permitan enfrentar la recesión económica, así como la crisis fiscal y generar las bases para iniciar un proceso de recuperación económica para el Estado ecuatoriano, según indica en el referido decreto.

Sumados ambos periodos de estado de excepción, se dimensiona que la prevista ‘nueva normalidad’ es un hecho con perspectivas de extensión, por lo que conviene a todos extremar las precauciones. (O)