En las circunstancias actuales, en las que estamos obligados a permanecer en casa, llega un momento en que lo que más deseamos es la oportunidad de salir, de mirar los alrededores, pasear por el campo, disfrutar de la naturaleza, no se diga de viajar.
Sin embargo, la razón nos lleva a pensar que es necesario estar en aislamiento, junto con los nuestros, o solos si no tenemos familia. La razón nos obliga a cumplir las reglas, que sabemos están dictadas para nuestro beneficio. Existen dos tipos de reacciones en las personas: negativa y positiva.
Los negativos se escapan de ‘casa’ ideando formas agresivas o resentidas de reaccionar: buscan todo lo malo de lo que se vive, intentan obtener lo que ellos piensan que es ‘beneficio’ de sus lucubraciones, piensan que criticar es signo de inteligencia, que la gente los encontrará ‘brillantes’ por sus críticas, y que quizás obtendrán alguna ventaja política.
Pero también están los positivos, que ‘escapan’ a este confinamiento encontrando formas de acercamiento con sus seres queridos, de intercambiar conocimientos, de orientar a sus hijos en sus aprendizajes, de transmitir ideas positivas a sus parejas.
Otro sector que reacciona positivamente es aquel que busca la forma de utilizar el tiempo en la lectura, la de buenos libros, que también recomiendan a sus seres queridos lecturas que en su experiencia personal han sido beneficiosas, o que en su contacto con amigos les transmiten sugerencias de lecturas.
Leer por ejemplo: El arte de hacerse respetar, de Schopenhauer, ¡qué deliciosa lectura! Un libro que si se lo leyera y discutiera en la secundaria, disminuiría la presencia de tanta mediocridad en la política, nos evitaría el bochornoso espectáculo de ver a un mandatario bajarse de un vehículo a perseguir a un mecánico o a un adolescente que lo ‘insultaron’.
Pero hay muchos otros libros que deberían ser leídos tanto por niños, adolescentes y adultos: para niños, por ejemplo el hermoso cuento de Oscar Wilde El fantasma de Canterville; para jóvenes y adolescentes: El Quijote de Miguel de Cervantes, o Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift. Para los políticos: Rebelión de las masas de Ortega y Gasset; El hombre mediocre de José Ingenieros y muchos más.
La lectura es la forma más productiva de ‘escapar’ de la casa sin salir de ella. (O)
José M. Jalil Haas,
ingeniero químico, Quito