Recuerdo perfectamente cómo estaba ese día, pegado al televisor, viendo cómo, acompañado de un emotivo relato de Vito Muñoz, Jefferson Pérez se acercaba a la meta en Atlanta, destinado a ganar la primera medalla olímpica de oro para el país.

Nos sentimos orgullosos cuando un deportista ecuatoriano gana. Nos refuerzan la autoestima, nos hacen olvidar por momentos los problemas y dan esperanza, motivando a cientos de personas a creer que es posible lograr sueños y metas.

De manera menos mediática, y sin la narración de una voz entrecortada por la emoción, hay otros ecuatorianos, muchos, que están haciendo cosas realmente importantes en diversas áreas, dejando el nombre del país muy en alto.

Con respecto a la educación, una de esas personas es Ana María Raad, guayaquileña que reside en Chile y que se ha dedicado a la innovación y la educación, compartiendo y trabajando en los escenarios más importantes del mundo en este ámbito. Hoy es directora de Ecosisteam, una iniciativa desarrollada por la Universidad de Harvard, para promover e implementar un enfoque de aprendizaje que permita el desarrollo acelerado de nuevas capacidades y habilidades, para mejorar las competencias creativas e innovadoras de la juventud y asegurar su plena participación e inclusión en los desafíos del siglo XXI.

Hace unas semanas ella estuvo por la ciudad y expuso en una reunión los primeros resultados del estudio sobre tendencias en innovación en educación superior, que está realizando para esa organización. La investigación contempla la entrevista a expertos y el análisis de los modelos educativos de 28 destacadas universidades de Europa, Asia, Estados Unidos, Latinoamérica y Oceanía, profundizando, entre otros temas, en las estrategias curriculares y el uso de la tecnología con fines pedagógicos.

En una parte de este trabajo se identifican cinco macrotendencias que quiero compartir de manera muy resumida con ustedes:

Implementación de modelos de enseñanza colaborativos y aplicados a la vida diaria, a través del aprendizaje basado en proyectos y la aplicación de problemas en la vida real.

Estrategias de conexión con el entorno (mirada sistémica), destacando la composición de grupos de estudio interdisciplinarios para abordar problemas comunitarios y vinculación con actores (partners) de la comunidad.

Uso de la tecnología para personalizar el aprendizaje.

Flexibilidad en trayectorias educativas, desarrollando la capacidad de ajustarse a las necesidades, y por último, estrategias de nivelación y acompañamiento permanente (proceso continuo).

A diferencia del deporte, que nos hace olvidar los problemas, estos profesionales y estos temas se hacen presentes para recordarnos dónde debemos mejorar.

Mientras en el mundo la educación se hace cargo del nuevo paradigma digital, no solo en el uso de tecnología, sino en el cambio en las formas y tiempos del aprender y convivir, y se dedica a innovar, experimentar y descubrir, aquí en Ecuador, pareciera que hay desde hace años, una preocupación, sin ningún plan estratégico sostenido en el tiempo, por normar y controlar, destruyendo la libertad de sumarse a las nuevas discusiones y prácticas de la educación. Destruyendo la verdadera construcción de sueños y metas.

Como diría Marilyn Ferguson, se empeñan en hacernos mover nuestros veleros a fuerza de remos. (O)