El juez Ordóñez le ha dado la razón a la alcaldesa de Guayaquil: Cynthia reclamó al Ministerio de Economía y Finanzas, MEF, por haber dispuesto de $104,5 millones que pertenecen a los guayaquileños. El MEF contestó que “solo” eran $83 millones y días después rectificó (¿es dable este tipo de “error”).

Algunos debaten la pertinencia técnica y el desenlace de la acción jurídica, yo me enfoco en que hay uso de dinero ajeno y se viola la autonomía local. Es costumbre que el Gobierno central someta a los GAD y recientemente una agrupación política pactó con el Gobierno para controlar la AME y el Congope (Consorcio de Gobiernos Autónomos Provinciales del Ecuador). Con la acción de Cynthia, esos representantes de los GAD, en pleno año preelectoral, probablemente romperán el pacto y se sumarán a la guerra contra una cuenta única que actúa como lagarto insaciable que quita y extrae dinero para despilfarrarlo en burocracia e inversión en zonas privilegiadas. Qué buen presagio para el año del bicentenario, el comenzar con este duro golpe al mentón de ese lagarto.

La guerra será muy dura: los 104,5 MM equivalen a tan solo 4 días de sueldos de burócratas, pero el MEF dice que la resolución es “un grave riesgo”, que “no se puede dejar sentada esa jurisprudencia” y que “muchos se verán prevalecidos con esto y eso trastoca el Estado de derecho que tiene el Ecuador”. La confusión del MEF revela el colapso moral del centralismo. Contestaron detallando los montos transferidos a Guayaquil en meses anteriores, como si esos fondos no correspondieran a asignaciones de ley y no provinieran del aporte de todos los ecuatorianos. El MEF es rector de las finanzas públicas, pero actúa como dueño del dinero público, por eso contestó así, en vez de ceñirse al reclamo de la devolución del IVA. En plena audiencia, la subsecretaria de Presupuesto reconoció que el dinero pertenece a Guayaquil, pero que una vez depositado en la cuenta única ellos disponen del mismo para otras cosas y lo gastan según una prioridad discrecional; alegó que el país está necesitado y, en opinión del MEF, “Guayaquil está bien”, por lo que usaron sus recursos en otras cosas. Al juez se le salían los ojos al escuchar estos descaros. Algún fiscal debería sentar al MEF y preguntarle por qué Petroecuador, Petrocomercial, CNT, CNC, etcétera, no tienen balances al día; ¿quién gana con esa desinformación? ¿Por qué le entregan tanto dinero a TAME y otras empresas quebradas?

La mentalidad apropiadora de lo ajeno es más contagiosa que la gripe; por eso, Simón Espinosa C. escribió que “la demanda es una falta de sensibilidad de la señora alcaldesa ante la pobreza del fisco” (sic). O sea que hay que mostrar sensibilidad por la situación económica del saqueador y olvidarse de que despoja para despilfarrar y engordar a los parásitos que tienen parado a este país. Espinosa quiere así bendecir los actos de Saqueo, recaudador que abusaba del pueblo y que devolvió el 50 % de lo robado después de convertirse.

La cuenta única está en rojo, pero antes de que llegue a morado, el país debe convertir al MEF y analizar propuestas como la del Dr. Andrés Ortiz Herberner, que ha renovado el planteamiento de que solo el 50 % de los tributos vaya a Quito y el 50 % se quede en el lugar de origen (aprobado en consulta popular del 2000). El IESS está quebrado, por eso hay que impulsar propuestas como la de Gabriela Calderón de Burgos, quien recientemente planteó la descentralización del IESS y del sistema de pensiones, con lo cual se pondría fin a un sistema perverso y corrupto. Gerardo Apolo Terán plantea la pregunta: Ecuador federal, ¿por qué no? Nicolás Romero y Francisco Swett han escrito múltiples artículos a favor de implantar un sistema federal en Ecuador. La guerra de poder entre el centro y el verdadero Ecuador no es destructiva tan solo porque tenga que destruir un sistema obsoleto. La guerra debe darse para construir un nuevo Ecuador muy diferente, más racional, equitativo, cercano al individuo y orientado al libre desarrollo, un Ecuador federal. (O)