@BeatrizHLeón

El VIH nos mostró el camino en la ciencia. No puedes aislarte en el laboratorio. Debemos trabajar con otros”, Françoise Barré-Sinoussi.

Volvía a casa del colegio una tarde de julio del 81 cuando escuché en la radio sobre la rara enfermedad que afectaba letalmente a personas “gay”. Mi papá me tradujo a alegre esa palabra, que sin embargo se usaba en forma peyorativa en la noticia. Antes de conocer la causa infecciosa de la enfermedad, ya empezaba la discriminación que hasta hoy maltrata a las personas que viven con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), sus familias y comunidades.

El VIH y el SIDA, la enfermedad fatal que puede causar, se volvieron una pandemia. En 1999 nace Kimirina, una organización sin fines de lucro enfocada, como lo dice su vocablo kichwa, en “caminar o trabajar juntos”, es decir, con la comunidad para luchar contra el VIH y los problemas sociales derivados de él. En el 2016 Kimirina trajo al Ecuador a la Dra. Françoise Barré-Sinoussi¨, descubridora del VIH, logro por el cual recibió Premio Nobel 8 años antes. Ella, junto a miles de activistas luchamos por mostrar cómo el relativo éxito en el campo científico del VIH está en contraposición a la discriminante estigmatización que sufren los afectados por él.

Si bien la investigación científica ha traído mucho conocimiento del virus con los consiguientes avances médicos en áreas como la oncología e inmunología, solo cuando la academia comprendió la riqueza de los aportes comunitarios en el combate al VIH se empezó a lograr diferencias notables en ritmo de infección, prevención de contagio y tratamiento. Kimirina celebró esta semana 20 años de trabajar técnicamente en salud con base comunitaria desde el enfoque de derechos.

Nuestro país tiene una deficiencia informativa que afecta no solo la educación sexual de todos sino la misma formación de profesionales médicos con la consecuente ignorancia en salud de la población general. Por eso es importante reiterar los avances actuales del tratamiento del VIH y su prevención. La infección con VIH es, si se diagnostica en forma temprana, una enfermedad crónica en cuanto requiere tratamiento continuo; pero ya no es letal. Con medicación adecuada, el paciente llega a tener tan poco virus circulante que deja de transmitirlo, otra razón por la cual es una prioridad de salud pública hacer exámenes frecuentes a la mayor cantidad de personas posible. Actualmente la prevención se realiza con programas educativos de formación en sexualidad, con medicamentos como el PrEP y PEP que deben entregarse a comunidades con mayor riesgo de contagio. Kimirina trabaja junto a la comunidad para no solo estos fines, sino además para producir investigación. Uno de sus estudios recientes realizó casi 90 000 pruebas que detectaron 1646 infectados, logrando vincular al 55% a tratamiento. Esos datos elevados corroboran el 7% de aumento de transmisión en Latinoamérica.

Es atroz que por falencias estatales existan pacientes y muertes por SIDA, ya que las leyes ecuatorianas obligan a dar tratamiento a todo paciente infectado, esto se debe garantizar con acceso a pruebas diagnósticas y medicación para lograr la “cura funcional” actualmente posible. Caminar juntos no significa estar de acuerdo, aunque sí haber alcanzado un consenso mínimo en torno a la salud de la población en nuestro territorio. ¿Vamos? (O)