El coltán  es un producto que resulta vital para la vida moderna. Es la contracción de dos minerales, la columbita (óxido de niobio con hierro y magnesio) y la tantalita (óxido de tántalo con hierro y magnesio), de ahí su nombre coltán.

El tantalio es un metal que tiene un punto de fusión alto, es duro, buen conductor de la electricidad y muy resistente a los ácidos; se utiliza en dispositivos electrónicos tales como celulares, consolas, videos, videojuegos, implantes, etcétera. La importancia crece en la medida del consumo que sabemos es indetenible, no admite el reciclaje ni se han encontrado sustitutos. Se utiliza también en la construcción de máquinas y gasoductos de alta presión y en turbinas de aviones. Salió a la venta en el año 2000 cuando Sony creó el Play Station 2. Lo principales productores son Brasil, Etiopía, Australia, Tailandia, Canadá,  Rusia y el Sudeste Asiático. La República Democrática del Congo produce el 80%  de la producción mundial pero al mismo tiempo produjo guerras tribales que ya han cobrado más de 5 millones de muertes en el país africano. No se puede progresar en la modernidad sin este mineral que sigue arrastrando mala fama por lo estratégico en la geopolítica mundial. En nuestro país no ha existido exploración minera. Nuestra acción es insignificante y nuestra minería está en terapia intensiva. La institución, como dicen los ingleses, no es capaz de atarse los zapatos. En el 2009 Hugo Chávez daba a conocer que su país tenía el “oro azul” en el Arco Minero del Orinoco, Macizo Guayanés, avaluado en 100.000 millones de dólares. En el 2018 Maduro realizó la primera exportación a Italia del producto, desde aquel momento se formó el avispero. Países como Rusia, ampliamente interesados, firmaron acuerdos para la explotación del mineral a gran escala. Este es el factor principal para la defensa rusa ante la debacle económica del país amigo, mantiene una alianza con Turquía, siendo los grupos terroristas el Hezbolá y el ELN los guardianes de semejante riqueza.(O)

Walter Wiesner Falconí,

ingeniero civil, Guayaquil