Los sabiólogos y entendidos dicen que los asuntos y temas de la vida (en orden descendente de importancia) son indispensables, necesarios y accesorios; por los dos primeros podemos endeudarnos en caso de necesidad, pero lo que la mayoría hace (de acuerdo a informes socioeconómicos) es endeudarse en lo accesorio, por pura fanfarronada, vanidad y fantochería, tan solo para aparentar; después no pueden pagar y ahí vienen los problemas. En mi caso, siempre apliqué la cultura de mis abuelos: “Hay que arroparse hasta donde alcance la cobija”; ahí no hay problemas. Hasta la Biblia (para los que sean creyentes) aconseja en Lucas 14:28 y 29, que antes de emprender en algún proyecto analicemos bien sus costos; no vaya a ser que nos quedemos a medio talle (sin terminarlo) y la gente se burle de nosotros porque no supimos aplicar ese criterio bíblico que no tiene nada de religioso, sino que es práctico y útil para la vida diaria.(O)

Miguel Ulloa Paredes,

Guayaquil

 

¿Aplica usted cultura financiera para saber manejar su dinero, ahorrar, invertir, emprender? Personalmente aplico cultura financiera y toda persona sensata debería aplicarla, lo que nos permitirá saber manejar nuestro dinero, aprender a ser ahorrativos en la vida y no desperdiciar lo que logramos tener en demasía, y por consiguiente conocer la forma correcta de invertir nuestros capitales en los negocios que emprendemos, para que podamos generar trabajo, producir y obtener ganancias que nos otorguen prosperidad y lógicamente vivir felices con nuestras familias. Mas, todas estas acciones tienen que llevar buenas bases de principios morales, con una ética de nuestra época, valores civiles y sociales, religiosos y espirituales, para que exista una nueva sociedad que tanta falta le hace a nuestro país; que nos titule políticos y no politiqueros, un pueblo libre de delincuencia, de crímenes, sin consumo de drogas y otros vicios, sin acosos sexuales ni impunidades, etcétera; que nos brinden personas responsables, respetuosas, puntuales, leales, honestas, etcétera, de capacidad comprobada y especialmente más humanas y solidarias.(O)

José Ortoneda,

Bahía de Caráquez, Manabí

 

En las escuelas, los colegios, hogares, no se enseña a ahorrar; los más chicos ven a las personas grandes gastar dinero en ropa de “marca”, celulares de últimos modelos, eso aprenden.(O)

Mélida de Banchón,

Milagro, Guayas