Estamos a pocos días de que el gobierno de Lenín Moreno cumpla 2 años dirigiendo al país. Es importante reconocer los aciertos del Ejecutivo y de su gabinete, especialmente, por cambiar un poco la cara del Ecuador en el plano internacional. Pero lo más difícil sigue pendiente.

Los cambios internos, en la legislación laboral, tributaria, judicial, de seguridad social, de salud, de asuntos penales, entre otros, son indispensables para que el país pueda salir adelante. Muchas de las reformas propuestas pueden ser impopulares, pero incuestionablemente son necesarias.

El régimen poco ha hecho, internamente, para mejorar la competitividad y productividad de los principales sectores del país. Veamos el caso de los bananeros: Ecuador se ha consolidado como el principal país exportador de banano del mundo, pero corremos riesgo de perder esa posición. Además, este sector genera al país más de tres mil millones de dólares en divisas. Pero, de manera incomprensible, en la Asamblea Nacional se discute un proyecto de ley de banano que de los 63 artículos del texto, 62 se refieren a prohibiciones, limitaciones, restricciones, tramitologías y sanciones. Se mantienen obsoletas medidas como el precio mínimo de sustentación o la prohibición de nuevas siembras. El precio fijado para la caja de banano en el 2019 es de $ 6,30, de la cual, para cubrir con tributos y cargas, debe destinar entre $ 1,22 y $ 1,25. Si a esto se le adicionan los costos laborales y de producción, es evidente que nuestro país está perdiendo competitividad frente a otros países de la región.

Los otros sectores productivos e industriales tienen también grandes dificultades que pueden aliviarse reformando la carga tributaria (e incentivar) y el sistema laboral.

Para incrementar la confianza internacional en el país no basta con firmar acuerdos y acudir a reuniones de foros internacionales. Se deben tomar medidas inmediatas que atraigan la inversión extranjera y permitan a los ecuatorianos invertir en el país. El presidente debe eliminar los impuestos de salida de divisas, el verde y el del anticipo a la renta. También eliminar subsidios innecesarios para aliviar la carga fiscal.

El “Acuerdo Nacional” debe correr y reformar el sistema laboral. Según el índice de Competitividad Global de 2018, Ecuador ocupa el puesto 113 de 140 países en el pilar del mercado laboral y tiene una baja calificación en cuanto a la facilidad de contratación y despido. Esto dificulta que las empresas se muestren abiertas a contratar personal de manera indefinida. Los ecuatorianos necesitan trabajar y el gobierno debe promover salarios mínimos diferenciados y permitir mayor libertad en las condiciones y acuerdos pactados por empleador y empleado (siempre respetando los derechos fundamentales de los trabajadores).

Espero que el Acuerdo Nacional sepa escuchar y considerar las experiencias y recomendaciones de los distintos sectores que son parte de la economía y la política ecuatoriana. Si existen estas condiciones, todos debemos aportar con ideas que busquen un mejor futuro para el país.(O)