“A la conquista del Congreso” es un interesante documental recién estrenado en Netflix que recoge el camino de cuatro candidatas demócratas en las pasadas elecciones legislativas del 2018 en los Estados Unidos y que principalmente se centra en una de las nuevas caras visibles del Partido Demócrata, Alexandria Ocasio-Cortez. Su condición de hija de migrantes, su trabajo como camarera o su falta de experiencia dentro de los círculos tradicionales de la política estadounidense no fueron un impedimento para que se convierta, con tan solo 29 años, en la congresista más joven en la historia de Estados Unidos y en un fenómeno de las redes sociales. Su historia es un ejemplo de superación, y su triunfo a tan corta edad puede explicarse, entre otras cosas, por su gran capacidad discursiva, por su carisma y por la novelería que su figura genera.

De ideas de corte progresista-populista y recetas económicas alineadas a la izquierda, Ocasio-Cortez forma parte de aquel grupo de dirigentes que con habilidad se dirigió a un sector específico del electorado que se sentía ignorado o excluido por el establishment. Contra todo pronóstico y con muy pocos recursos, con una campaña política casera de puerta a puerta, supo capitalizar todo ese descontento e insatisfacción en votos. No obstante, si bien es cierto que varias de las causas que Ocasio-Cortez lidera persiguen finalidades que se podrían considerar como políticamente correctas, también es importante advertir que en ocasiones un enfoque erróneo de esas mismas ideas, cuando llevan cargas de prejuicios o complejos, termina acarreando perjuicios importantes.

El caso de Amazon así lo demuestra: dicha compañía pretendía construir una de sus sedes más grandes en Nueva York con una inversión que contaba con el 70% de la aprobación de los neoyorquinos, suponía la creación de 25.000 puestos de trabajo de alto nivel y unos ingresos de aproximadamente 27.000 millones de dólares por los impuestos que Amazon debía pagar en las próximas décadas; los beneficios del proyecto eran tales que más de 200 ciudades ofrecieron a la gigante multinacional ventajas e incentivos fiscales con el propósito de convencerla. Aquí es donde la figura de Ocasio-Cortez cobra relevancia pues la congresista dirigió activamente una compaña en contra del proyecto, al considerar que las ventajas fiscales eran excesivas y señalando, como una especie de mantra, que se debía luchar contra los intereses codiciosos de las grandes corporaciones, olvidando el papel fundamental que las grandes compañías juegan en la economía nacional. El rol activo de la congresista terminó siendo vital para que Amazon desista finalmente del proyecto.

El ejemplo de Ocasio-Cortez sirve para constatar una realidad inobjetable de la que parece que muchas veces no somos realmente conscientes: los políticos, cuando promueven ideas demagógicas o populistas, pueden llegar a causar un daño directo e incalculable en lo relativo a nuestros proyectos de vida, ya sea a nivel económico o laboral. Estos últimos años hemos sido testigos de un apogeo a nivel mundial de líderes como Trump, Le Pen, Orbán, López Obrador y muchos más que en pleno siglo XXI impulsan una retórica marcada con ideas antiglobalización, antiinmigración y de aislamiento comercial. Al final del día, estas prácticas ignoran fronteras e ideologías: gobiernos de derecha y de izquierda las aplican, a pesar de que el conocimiento empírico sirve para demostrar los beneficios que conllevan. Precisamente, por esa razón, resulta esencial que en el futuro sepamos discernir entre los políticos que ofrecen soluciones serias y responsables y aquellos que al final solo prometen fantasías e ilusiones propias del delirio populista. (O)

* Abogado.