Sobre el artículo de opinión de la señora Ruth del Salto, “Más allá del quinto pino” (28 de marzo de 2019), como latinoamericano mestizo me sentí indignado; ridiculiza al presidente de México AMLO en su demanda justificada al rey de España de que debe pedir perdón al pueblo mestizo e indígena mexicano, que debería ser extensivo al latinoamericano, por el genocidio de grandes culturas Inca, Maya, Azteca, etcétera. El cura español fray Bartolomé de las Casas envió al rey de España la “Brevísima relación de la destrucción de Indias”, defendiendo a nuestros ancestros indígenas, más el robo de tierras y tesoros durante más de tres siglos que fueron a Sevilla, España, para engordar las arcas reales. Según ella, las guerras libertarias al mando de Bolívar, San Martín, con las que expulsamos a sangre y fuego a los ibéricos de nuestra América, fueron vanas.
No sea eurocentrista, no rechace nuestras raíces indígenas de los grandes incas, que con las razas negra y europea conforman nuestro mestizaje. El racismo contra negros e indígenas y la tremenda desigualdad social y económica en Latinoamérica que vivimos hasta hoy es herencia ibérica. Vea en YouTube las entrevistas de un periodista mexicano en la misma España, donde muchos españoles justifican la solicitud de perdón por parte del rey de España a México, además alguno recalca que dicha iniciativa debió haber nacido del rey de España y no del presidente mexicano. Cataluña, Pablo Iglesias y Podemos ya han pedido perdón justificando la demanda de AMLO.
Y acá, al otro lado del charco, una persona sintiéndose más española que los españoles hace lo opuesto. En México la calificarían de “malinchista”. No hubo ninguna finalidad noble en la conquista, solo codicia. Nos invadieron asesinos y ladrones.
La deuda impaga que mantienen España y Portugal con Latinoamérica es inmensa. Enseñaron a los nativos los idiomas español y portugués pero ya tenían el quechua, quiché, náhuatl, etcétera. Enseñaron el cristianismo pero los nativos incas adoraban a su dios Inti (sol) y eran muy felices. Leamos “Comentarios reales de los incas” del mestizo inca Garcilaso de la Vega, para saber de su grandeza.
Llevamos apellidos españoles y portugueses que fueron impuestos al bautizar a los indígenas como católicos según su santoral, renunciando a los originales; a otros aplicaban el apellido del amo español o portugués. Continúa la discriminación contra ecuatorianos y “sudacas” que trabajan en España, pues no obtienen un salario según sus títulos universitarios que no son convalidados; profesionales graduados en universidades ecuatorianas que trabajaron en España como albañiles o agricultores, a diferencia de los salarios de los inmigrantes españoles, no los llamamos “gachupines” ni “chapetones” trabajando en el Ecuador con títulos reconocidos y salarios acordes.
Nuestro gentilicio correcto es latinoamericanos, que incluye a españoles, portugueses, italianos que tienen fuerte presencia en Argentina, Uruguay, Brasil.
Exaltemos nuestro mestizaje latinoamericano y rechacemos el eurocentrismo que impide la construcción de nuestra verdadera identidad.(O)
Oswaldo Martínez Cantos,
Quito









