En nuestro país se adora a la madre. El Día de la Madre es casi tan celebrado como la Navidad. Todos sabemos que nada hay que defender tanto como a la propia madre. Pero he observado y comentado hace mucho tiempo que el primer insulto que se oye y se repite en la calle es “hp”.

“Este hp” es muy frecuente como insulto, pero además se ha vuelto coloquial; a veces “risible” y “cariñoso”, incluso entre compadres y amigos. Uno creyó al principio que es solo un feo insulto callejero, pero no; entre adultos, entre gente “educada”, entre profesionales, se ha difundido la expresión y puede ser fácil de escuchar. No se diga en las redes sociales. Al principio era solo cosa de los varones. A una mujer no se le iba a ocurrir decir una cosa tan grosera y que afecta a su propio género. Pero miren ustedes donde ha llegado. En el Día de la Mujer, nada menos una mujer, presidenta de una Asamblea, profirió un “hp” en una sesión, y dirigido a un importante bloque legislativo; al siguiente día justificó sus actuaciones diciendo que eso era parte de la cotidianidad de su trabajo y que no se había cometido nada ilegal ni ilegítimo, refiriéndose a la llamada telefónica a una ministra de Gobierno. Luego, recordando el tema del “hp” endilgado a un bloque legislativo, pidió disculpas y ha expresado que sí les tiene consideración y estima a los legisladores groseramente aludidos. Este tema del “hp” merece una mención entre las “costumbres” de los ecuatorianos.(O)

César Alfonso Vaca Sánchez,

abogado, Guayaquil