La tabla de consumo de droga ha producido una tragedia en el país. Ha incentivado el desarrollo de pandillas para manejar la venta y distribución, acompañada de una creciente violencia entre estas. Ha generado que aumente el número de consumidores, es una causa del incremento del embarazo infantil y de adolescentes. Los sectores marginales pobres son los más afectados.

Parece que los “noveleros irresponsables” que originaron esta problemática no analizaron con la profundidad el nivel social, cultural y económico de nuestro pueblo, la vulnerabilidad de nuestros sistemas educativos, judiciales, carcelarios, etcétera; no contemplaron las fuertes diferencias que tenemos con sociedades como la belga, la inglesa y de otros países europeos. Preocupa que no se tomen medidas radicales e integrales, a centros de rehabilitación, el Estado debe proporcionarles asesoría, seguimiento y control perenne para que no se produzcan abusos y accidentes como los que se han dado en los últimos tiempos. El Estado originó esta abominable tragedia y por tanto, con las instituciones que corresponda, debe de involucrarse a favor de tantas familias humildes destrozadas, que aceptan a sabiendas las condiciones infrahumanas de algunos de estos centros, porque no ven otra opción para la desgracia que viven. Se espera que lo que está sucediendo sirva de ejemplo ahora que se está con la novelería de liberalizar el consumo de la marihuana, científicamente no está definitivamente probado el beneficio de esta, y por último es preferible contrariar a unos cuantos consumidores y no propiciar otra problemática social. No todos los estratos de nuestra sociedad están preparados para este cambio.(O)

Oswaldo A. Navarrete,

Daule