La impunidad es el escudo protector de los corruptos, por ello estos establecen los suficientes nexos políticos que les garanticen no ser sancionados por la justicia y así disfrutar del dinero mal habido.

En Puerto Príncipe, miles de haitianos protestan contra la corrupción y la pobreza exigiendo la salida del presidente Jovenel Moise, por no investigar las acusaciones de corrupción en el Gobierno previo en torno a Petrocaribe, el acuerdo de cooperación energética impulsado por Hugo Chávez.

Unos 3.800 millones de dólares recibió Haití como parte de ese acuerdo. La semana pasada, el Tribunal Superior de Cuentas emitió un informe que señala a quince exministros y altos funcionarios sobre la posible desviación de fondos que debían servir para desarrollo económico y social.

Moise fue electo a comienzos de 2017 con la promesa de combatir la corrupción en todas sus manifestaciones, que sigue creciendo mientras los procesos judiciales se hacen esperar.

Quienes suceden a administraciones sindicadas de corrupción deben impulsar procesos de transparencia y justicia, caso contrario estarán aupando la impunidad, por acción u omisión. (O)