Con 91 votos afirmativos de 126 legisladores presentes en el pleno de la Asamblea se resolvió destituir a la asambleísta de CREO Ana Galarza, acusada de presuntas irregularidades en el ejercicio de sus funciones. El tema, que concitó opiniones divididas en redes y en medios de comunicación, llama a la reflexión.

Personajes reconocidos ponderaron su valentía, inteligencia, juventud y hasta su belleza, abogando por su potencial brillante carrera política, mientras que los opuestos alegaban que a una persona cuyas funciones consisten en legislar y fiscalizar no debe disculpársele cometer los presuntos delitos que se le imputan y por los que la Fiscalía abrió una investigación previa, para averiguar si hubo uso doloso de documento falso, enriquecimiento ilícito y trámite de cargos.

Galarza, en su intervención antes de la votación de las mociones, ofreció disculpas al país, pero señaló que no había causales para su destitución. “He cometido una falta que está tipificada en la Ley y merece una sanción administrativa”, dijo.

La presente destitución eleva el rigor al que, en lo posterior, se someten los asambleístas, cuya mayoría al parecer está empeñada en recuperar la credibilidad ciudadana. (O)