En los últimos días de diciembre recordé un suceso triste sobre la motonave Jambelí, una embarcación que realizaba navegación de cabotaje entre Guayaquil y Puerto Bolívar y viceversa, tenía capacidad para transportar 75 pasajeros y poca carga. El 25 de diciembre de 1973 zarpó de Puerto Bolívar con aproximadamente 600 pasajeros. A la una de la madrugada naufragó a la altura de Punta Española en la isla Puná.

Los pasajeros que viajaban en la toldilla de la vieja embarcación se lanzaron al agua y con la ayuda de tanques para combustibles vacíos lograron salvarse; otros trataron de alcanzar la orilla nadando. Los habitantes de Puná en sus pequeñas embarcaciones rescataron 200 personas. De entre las personas que se lanzaron al agua y murieron, esos fueron los cadáveres que reflotaron; dado que los ahogados que estaban en el interior de la embarcación Jambelí se quedaron atrapados y era imposible que pudiesen reflotar.

A las nueve de la mañana del 25 de diciembre de 1973 tres hombres rana de la Infantería de Marina arribamos al sitio de la tragedia con equipos de buceo, cumpliendo órdenes superiores. En ese lugar estaba anclado el BAE Cotopaxi, en el primer día de trabajo rescatamos del interior de la embarcación Jambelí, 106 cadáveres; hasta el 28 de diciembre rescatamos 370 cadáveres. Los infantes de la Marina ecuatoriana actuamos con profundo deber cívico.

Periodistas cubrieron la información para el Ecuador y el mundo de esa tremenda tragedia náutica.

Franklin Alvarado Acosta, sargento (SP), Guayaquil (O)