Cuentan historiadores de un gran episodio de la Navidad por el año 1914, en plena guerra mundial, en un frente donde se encontraban dos bandos, un grupo de ellos comenzó a entonar canciones de Navidad, y lo más hermoso del momento es que decidió no combatir, salió de la trinchera, intercambió saludos y regalos con su enemigo, que se unió al festejo, e inclusive jugaron partidos de fútbol, frenando la primera matanza de la historia. El espíritu de la Navidad fue inspirado por el inglés Charles Dickens, este cuento publicado en 1843 es visto por millones de personas en el mundo, cuenta como protagonista un viejo tacaño llamado Scrooge, esta historia contribuyó a recuperar la celebración del nacimiento de Cristo cuando en plena Revolución industrial existieron conflictos entre la clase rica y la obrera, las injusticias, la miseria, marginación y emigración de ellos hacia las ciudades, influyó en el despertar de talentosos escritores, cuyo objetivo fue crear historias navideñas que sirvieran para unir a todo un poblado sin distinción de rango, raza y situación social, festejar de acuerdo a sus posibilidades económicas, prevaleciendo la fe como un estimulante al espíritu navideño.

Hoy en el Ecuador, el espíritu navideño aparece radiante con sus adornos y luces puestos en las casas, barrios, parques, avenidas, muchos se organizan para limpiar sus veredas y calles, otros se dedican a armar el árbol y el pesebre, se preparan para entregar regalos y alimentos, todos unidos en camaradería de cada sector. Pero qué pasa cuando este espíritu navideño se convierte en un caos por las compras de regalos abarrotados en las tiendas y supermercados, las calles intransitables de conductores que no respetan a los transeúntes, las fiestas con alto volumen que incomodan a sus vecinos, y lo más peligroso, los delincuentes prestos al descuido por obtener dinero fácil mediante el atraco en hogares, cajeros, al conductor o en la calle. Se deben tomar precauciones en esta fecha, estar prevenidos y unidos ante cualquier situación anómala que se presente en su sector, vigilar si merodea persona desconocida cerca de sus hogares y recomendar no excederse del licor que es uno de los principales detonantes de las peleas callejeras, no retirar dinero en bancos o cajeros sin estar acompañados, revisar si las fachadas de sus casas tienen un logotipo o extraña señal, no cargar carteras grandes y tampoco usar celulares en sitios visibles, si el transporte está vacío, siéntase cerca del conductor, no publique en redes sociales dónde se encuentra ni lo que tiene planificado hacer, tenga a la mano en su teléfono el número directo de la Policía cercana para la llamada de auxilio.

El delincuente también tiene familia, paren los robos, porque el espíritu navideño lo sentimos todos. Que estas fechas sean de unión, paz y amor, que lo material no cuenta sino la alegría de estar con nuestros seres queridos ya que se conmemora el nacimiento de Cristo. “Aunque se pierdan otras cosas a lo largo de los años, mantengamos la Navidad como algo brillante”, Grace Noll Crowell. (O)