Con ocasión de efectuarse la Feria Internacional del Libro Guayaquil es mi Destino para leer y crecer (del miércoles 6 al domingo 10 de septiembre de 2017, en el Centro de Convenciones, en los salones A y Presidentes) y especialmente de la presencia del escritor y periodista de España Álex Grijelmo, defensor de la verdadera aplicación etimológica del sentido de las palabras, me despierta entusiasmo la crítica que hace al respecto. Me refiero a él de manera particular porque tengo, un poco, la tendencia a fijarme en lo antedicho, sobre todo tomando especial connotación cuando consta en la máxima expresión jurídica de un país como es una Constitución o las demás leyes.

Ya en mi carta publicada gentilmente el día viernes 14 de julio del presente año, por el Diario EL UNIVERSO, bajo el titular “Hay más de 100.000 palabras para usarlas”, describí algo al respecto de la recopilación –del uso de palabras– que estoy haciendo.

Mediante la presente carta quiero remarcar otras expresiones que son de uso constante y rutinario, cuyo significado es distinto a la aplicación que se les asigna.

He aquí algunas:

“Transparente”, se lo endilga a una persona honesta y ética, sin embargo su semántica es “deja pasar la luz y permite ver a través de su masa lo que hay detrás”. “Arrancar”, por empezar o iniciar un acto; de sus variadas significaciones la apropiada usarla para manifestar el movimiento de una máquina. “Golpe de Estado”, como tal no está registrada, pero entendemos que es cuando se interrumpe el sistema jurídico de un Estado, que es como debiera expresarse. “Entramos de cajón”, queremos indicar que se ingresó con las justas a algún acto o acontecimiento. “La Constitución habla”, nunca por nunca puede hablar un documento, debiéndose decir, la Constitución dispone, ordena, legisla. “Le suena”, por conocer o saber. “Se debe ir al fondo de la cuestión”, se aplica cuando su sentido semántico debería ir a escudriñar la cuestión. “Alto funcionario” tiene más de cuarenta acepciones y ninguna significa lo que queremos expresar, “importante”. “La economía crecerá negativamente”, lo correcto sería decir la economía no crecerá. “Mil disculpas”, queriendo decir que se siente mucho por un error cometido, pero no podemos decir mil porque se expresa una sola ocasión, además no se las cuenta. “Mesa redonda”, y se observa una mesa cuadrada en la sesión, lo que se quiere decir es diálogo entre varios especialistas. “Lengua”, por idioma.

Ejemplos los hay por cantidades enormes, más aún cuando los hispanohablantes somos más de quinientos millones de personas repartidas en más de veinte países, sin que hayamos unificado su etimología a pesar de tener una entidad rectora como es la Real Academia Española.(O)

Regina Zambrano Reina, doctora en Jurisprudencia, Guayaquil