Sudán, Yemen, Guatemala, El Salvador, Venezuela, Siria, Afganistán, sitios tan dispares en el mapamundi, ¿y qué tienen en común?, la miseria extrema, la desesperación, la violencia y la pérdida de esperanza en sus gobernantes que enrumben a sus pueblos, la mayoría de la gente que huye, no pide grandes cosas, solo poder comer todos los días, trabajo y libertad; algo que se supone básico para todo ser humano desde que nace.
Otra cosa en común, el hambre desmedida de poder y aferrarse a este. Eso generalmente se consigue con corrupción, reparto de prebendas a sus obsecuentes, y hacer creer que ellos se sacrifican por el pueblo sufriente y solo ellos serán sus “salvadores”. Despertemos de esos seudolíderes que lo único que han llevado a sus pueblos a una tragedia humana.
Señor presidente, no titubee en llevar al país a la honestidad, es muy difícil para usted sacarse de encima esos lastres que nos dejó la década infame, si no da ese paso, ni el opositor y ni su propio partido lo van a apoyar; el pueblo está expectante de lo que decida.
Sepa el presidente del Ecuador que en los primeros meses de gobierno se pueden hacer los cambios, después es cuesta arriba.(O)
Marcela Villacreses Vinueza, Guayaquil