No podemos hablar de competencia desleal en el taxismo si un usuario de taxis prefiere un servicio que puede costar más del que cobra el convencional; se paga un precio justo por un servicio donde el valor de la carrera lo da un taxímetro y con recibo si uno lo pide.

No es posible que en la ciudad hasta ahora se haya podido encontrar una tarifa adecuada para que se obligue al uso del taxímetro. Se ve el primitivismo de negociar una carrera en media vía, en autopistas, obstruyendo el tránsito con el peligro que conlleva. Si se quiere atraer turismo a Guayaquil es hora que se ponga cascabel al gato.(O)

Fernando Esteves Morejón, ingeniero eléctrico, Guayaquil