Se ha convertido en una pésima costumbre de los dependientes de almacenes, tiendas y comercio, iniciar su atención al público con la frase “¿en qué lo puedo ayudar?”; obviamente utilizar esa frase en este contexto significa un grave error, por cuanto el eventual comprador o el usuario no va a ese comercio a buscar ayuda, va a comprar y pagar por un producto, o va por atención a un requerimiento por una contraprestación de un servicio.

Pero esa misma frase resulta fuera de lugar cuando es proferida en una dependencia pública, llámese IESS (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social), CNEL (Corporación Nacional de Electricidad), Correos del Ecuador o cualquier otra del Estado, o entidad municipal; y nos encontramos con el funcionario que pronuncia la misma frase, “¿en qué lo ayudo?”. Deben entender estos empleados públicos, que son servidores públicos, y que el ciudadano común va a estas dependencias públicas en busca de un servicio; de tal forma que la manera correcta para recibir al usuario debe ser: “¡en qué lo puedo servir!”. Hago un llamado de atención a los gerentes de talento humano, mercadeo, o atención al cliente, para que induzcan al personal a su cargo, a expresarse con propiedad. También los usuarios debemos corregir para que se expresen correctamente. El comprador no va en busca de ayuda, va en busca de atención o para obtener un servicio público en su caso, por el cual paga impuestos.(O)

Elio Quintero Erazo, abogado, Guayaquil