A través de los canales de televisión se transmite una publicidad del Gobierno en la cual se utiliza como introducción la melodía Patria, de los autores quiteños Manuel María Sánchez (letra) y Sixto María Durán (música), quien participó en el Concurso Nacional de Composición Musical convocado por el Ministerio de Educación Pública (1930).
La canción Patria se empezó a interpretar en los actos públicos y solemnes hasta convertirse en segundo himno nacional, por lo cual se interpreta además en escuelas y colegios; de allí todos recordamos con nostálgica unción sus sentidos versos: “Patria, tierra sagrada, de honor y de hidalguía /que fecundó la sangre y enardeció el dolor/ cómo, me enorgullece, poder llamarte mía/ mía, como mi madre, con infinito amor./
“Por tus cruentos martirios y tus dolientes horas,/ por tus épicas luchas y tu aureola triunfal,/ por tus noches sombrías y tus bellas auroras,/ cúbrenos, siempre ¡oh patria!, con tu iris inmortal/”. Estas dos estrofas corresponden a la séptima y octava de las nueve que forman el inspirado poema compuesto en versos de 14 sílabas, llamados alejandrinos; cuyos versos riman en forma perfecta: el primero con el tercero, y el segundo con el cuarto, los cuales están compuestos en forma impecable y rítmica como para hacer honor a la época modernista de principios del siglo XX. Pero es el caso que en forma insensible, irrespetuosa y falta de patriotismo, se utiliza la canción Patria en una interpretación distinta a la que corresponde al autor (Sixto María Durán), a la cual muy poco le falta para que tenga ritmo de “saltashparap”, cuando el origen se trata de un poema y una sentida composición casi elegiaca, a la que siempre se la ha usado para inflamar el espíritu y la llama del patriotismo. (O)
Ermel Aguirre González, profesor, Guayaquil