Meses atrás, un amigo me comentó en una reunión que leía mis artículos. Completó su comentario diciendo: “Aún no sé si estás con el Municipio o con el Gobierno”. Extraño los tiempos en los cuales se apoyaban las causas, las gestiones y los proyectos, en lugar de la actual inercia de apoyar atrocidades solamente porque el caudillo de nuestra simpatía nos pide ciegas pruebas de lealtad. Si algo nos parece mal, no debemos dudar en denunciarlo. De igual manera, cuando los políticos realizan propuestas que creemos positivas, no solo debemos apoyarlas, sino exigirles a dichos políticos que las cumplan.
Han llegado a mi poder los insumos dados para el proyecto de la nueva Ley Nacional de Cultura, y encuentro muchos aspectos positivos en ellos. Mejorar las leyes relacionadas con la gestión cultural y patrimonial del país es una necesidad urgente, venga de quien venga. Sin entrar en detalles, encuentro positivo que se pretenda incentivar proyectos culturales usando el mismo sistema implementado hoy por el CNCine, que sigue siendo el sistema de gestión cultural más eficiente en el Ecuador. No creo que nadie se oponga a la diversificación de organismos gestores de cultura, a no ser que vea afectados sus intereses personales.
Otro punto a favor de dicho proyecto de ley es la incorporación de la arquitectura como campo de acción relacionado con la cultura. Dentro de los insumos se establece la gestión arquitectónica como un aspecto financiable. Ello incluye actividades como concursos de arquitectura. Ojalá este gran avance se complemente con una aclaración sobre la relación entre esta ley y el actual régimen de compras públicas, que actualmente no cumple con lo dicho en la Ley de Carrera Profesional de Arquitectura so pretexto de considerar los diseños arquitectónicos como “consultorías”.
Posiblemente, muchos arquitectos recuperemos nuestra fe en los concursos públicos de arquitectura, si es que la nueva Ley de Cultura Nacional es usada para resolver los vacíos y ambigüedades que hoy obstruyen el ejercicio de nuestra profesión. Caso contrario, aún permanecerá en nuestros recuerdos la desastrosa experiencia del concurso para las Plataformas Gubernamentales, que en el 2012 organizó el Colegio de Arquitectos del Ecuador, bajo la tutela y supervisión del Miduvi. Ningún concurso de arquitectura tuvo antes tantos participantes, y ningún otro rompió tanto con los reglamentos establecidos en sus propias bases.
Ciertamente, cambiar la forma de promover el arte y la cultura en estos difíciles tiempos tiene todo en su contra. La crisis económica nos hace dudar sobre disponibilidad de fondos para promover proyectos. Ciertos miembros de la Casa de la Cultura del Ecuador se han pronunciado en contra de este proyecto de ley por creer que atenta contra su organización. Da la impresión de que entienden a la CCE como un relicario intocable, dedicado a la memoria de Benjamín Carrión. Todos ganaríamos si se soltara y si se modernizara la forma de fomentar el arte y la cultura.
A pesar de ser un proyecto que tiene muchos frentes en contra, apoyo que se busque reformar la Ley de Cultura Nacional. Hay flores que crecen en los más oscuros pantanos, y no por ello debemos pisotearlas. (O)