Admito que fueron dolorosos los seis goles que la selección femenina de Camerún le hizo a la nuestra en el recién inaugurado Mundial Femenino de Fútbol en Canadá. Sin importar su nacionalidad, me entusiasman las atletas, basquetbolistas, futbolistas, lanzadoras de bala o jabalina, mientras que el box femenino me resulta intolerable: mucha violencia para tanta belleza.
Las chicas de la Selección ecuatoriana se veían frágiles, delgadas, preciosas, demasiado jóvenes quizás frente a las fuertes chicas de Camerún, una de cuyas estrellas, Gäelle Enganamouit (1992), de 1,75 m y 85 kilos de peso, juega en el fútbol europeo, y una de quienes dio muestra de que las mujeres sí saben jugar este deporte. “La primera referencia concreta a los inicios del fútbol femenino datan de 1894 cuando Nettie Honeyball, una activista de los derechos de la mujer, fundó el primer club deportivo denominado British Ladies Football Club. Honeyball declaró que con esto quería demostrar que la mujer podía emanciparse”. (Wikipedia).
Algunas ONG describen la batalla de varias organizaciones en Camerún para impedir que niñas y jovencitas sean entregadas en matrimonios forzados. Según la página de la Oficina de información diplomática del Ministerio de Relaciones Exteriores y Cooperación de España, 11,5 de cada cien mujeres comprendidas entre los 15 y los 19 años dieron a luz en el periodo 2010-2015 en este país africano; por cada mil partos mueren casi siete mujeres. Los años de escolaridad que se espera reciba un niño camerunés son 10,9, pero en la realidad terminan siendo 5,9. La esperanza de vida para los varones es de 54 años; para las mujeres, 56. Se debe recordar que una de las fronteras de este país está cercana a Nigeria, que ha sufrido los embates del grupo terrorista Boko Haram, que persigue, secuestra, viola y tortura a muchachas y niñas. De todos modos, la situación de Camerún en algunos aspectos sociales es mejor que la de otros países de la región.
Las cifras del Ecuador son más halagüeñas: 110 mujeres mueren por cada cien mil nacidos vivos; menos que en Bolivia, el doble que en México y una barbaridad frente a Suecia, con apenas dos fallecimientos. En enero de 2013, varias asociaciones de mujeres de nuestro país redactaron un “Informe alternativo” sobre problemas de género, entre los que se destacaban el nulo acceso al aborto legal, aun en casos de violación, y cifras alarmantes en embarazo adolescente, pues el 20% del total corresponde a este grupo etario. Como un dato adicional, considérese el siguiente: en la entrega de la revista Diners de junio de 2015, el médico genetista César Paz y Miño revela el carácter regresivo de varias cuestiones: en el pasado, la firma de dos médicos que certificaban que un embarazo era inviable era suficiente evidencia científica y ética para interrumpirlo. Ahora, eso es imposible. Además, el acceso a información y métodos anticonceptivos para minorías étnicas es aún muy restringido. Mientras menos acceso a la educación tienen las mujeres, más pronto se convertirán en madres y tendrán un mayor número de hijos. Las cifras lo comprueban.
… Ya vemos cuántas agresiones sufren en el camino estas mujeres futbolistas, cuántas tarjetas rojas debieran recibir sus agresores. Cuán valientes son cada vez que salen a la cancha. Cada vez que hacen un gol. (O)