Cada noche, sin esperanza, pero como parte de la rutina, me doy masajes con la crema de noche. A veces veo que además de las arrugas, manchas y pecas, tengo una increíble cara de pendeja. Es que hay días en los que realmente siento que “me ven la cara”.

Debo pagar la tarjeta de crédito hasta el día 16 de cada mes. En febrero me percaté de que el 16 era lunes de carnaval, entonces hice la transferencia el viernes 13. Rápidamente vi cómo el dinero desaparecía de mi cuenta con un clic; sin embargo, el día jueves 19 me llegó un mensaje informándome que estaba en mora. Miré de inmediato el mensaje de la transferencia y confirmé que esta se había realizado con éxito, llamé al emisor de la tarjeta y una señorita me respondió que, en efecto, yo estaba en mora y que tienen prohibición de recibir correos electrónicos, entonces le voy a leer y me tiene que creer, argumenté. No se preocupe yo le creo, lo que pasa es que todavía “no me refleja”. Pues lo que a mí sí me “reflejó” ¡fueron los intereses de mora!

Me permitió el banco un pago sobre cheques. Al ir a cobrar supe que en esa agencia solo pagan hasta $1.000, me dirigí a una más grande y me dijeron que necesitaba la autorización de mi oficial de crédito, la llamé sin suerte, me acerqué al jefe de agencia y me dijo que él no era el oficial de mi cuenta pero que en su computador sí veía la autorización, que el problema era únicamente en la caja. Me fui de nuevo a la pequeña sucursal y un muchacho me confirmó lo que ya sabía, que mi oficial no estaba, que únicamente ella y nadie más que ella podía autorizar el pago y que él también podía ver en su pantalla el sobregiro autorizado. Volví al banco más grande, le expliqué al jefe que el pago era para el SRI y él me respondió: “Lo que pasa, mi señora, es que en la ventanilla no se refleja”.

Me llegó hace años una notificación del seguro privado de salud en la que me informaban que yo y mi familia teníamos derecho a atención dental; sin embargo, nunca había utilizado este servicio hasta la semana anterior. Me hicieron una limpieza muy buena, no pagué ni un solo dólar y salí contenta, al comentar esto en mi casa, mi hija y mi marido también decidieron ir, Mariapaz fue sin problema, pero al intentar hacer la cita para mi marido me informaron que él no consta como beneficiario. Imposible, les dije, pero me explicaron que ahí solo se piden las citas, que debo contactarme con info-servicioalcliente@. Desde hace 5 días envío incansables mensajes que hasta hoy no han recibido respuesta. Tengo paciencia y sigo esperando porque solo busco una profilaxis, pero confío en Dios que si algún día llega la respuesta, esta no sea “es que su marido no me refleja”.

¿Será que la ineficiencia es un gran negocio? ¿O que mi cara de pendeja sí se refleja?(O)