Los Beatles cantaban, “todos vivimos en un submarino amarillo”, en él hay espacio para todos para construir un mundo mejor.

El señor Agustín Delgado tiene la capacidad de cerrar la puerta con salir a pedir disculpa a los ecuatorianos por estar en un cargo para el cual no está preparado. Él es un futbolista ejemplo, lo que no viene al caso analizar; mas ejercer cargo de asambleísta convierte a la persona en personaje público disponible a críticas, justas o injustas, y el resultado de esto se produce cuando la persona no cumple su gestión por desconocer en total las reglas del juego de sus funciones. Es su oportunidad de superarse y reivindicarse con un pueblo que lo admira.(O)

Jorge Romero Salcedo, economista, Nueva York, EE.UU.