El tiempo corre tan aprisa que no nos damos cuenta hasta que llegan ciertas fechas especiales. Recuerdo que hace casi un lustro recibí la llamada telefónica de la asistente del entonces jefe de la página de Opinión de Diario EL UNIVERSO, el querido y estimado Emilio Palacio, para concertar una cita en su oficina. Me propuso ser columnista de opinión. Grande fue mi sorpresa por tan responsable y delicada labor periodística. El antecedente fue que, a través de la sección Carta de Lectores, escribía reiteradamente sobre temas nacionales y especialmente de los acuciantes problemas que sucedían en mi tierra, la Península de Santa Elena. Acepté el reto y desde entonces estoy con ustedes, amables lectores.

Revisando mi archivo de publicaciones, destaco que el tema hidrocarburífero (petróleo y GLP) tuvo mucha frecuencia. En ese tiempo, la estatal Petroecuador estaba al mando de la cúpula de la Armada Nacional, pésima decisión tomada por el mandatario y que reiteradamente critiqué en este espacio. Los resultados, obviamente, fueron desastrosos para la economía del país.

El proyecto de la polémica Refinería del Pacífico (RDP), en Manta, está detenido en su ejecución por falta de financiamiento a pesar de tener listo el terreno donde se asentaría; también se instaló el acueducto desde la presa La Esperanza, para dotarla de agua cruda. RDP, otra promesa incumplida de este Gobierno.

El proyecto Monteverde, complejo gasífero, que terminó costando $ 607 millones de un presupuesto inicial de $ 296 millones, tendría sus días contados cuando el régimen pretende implementar la generación hidroeléctrica para reemplazar los cilindros de GLP, usado en las cocinas de uso doméstico. Se rumora que sería utilizado para transportar los derivados cuando funcione la RDP.

El tema del ITT también lo comenté. Fue un fracaso anunciado. Tantos millones de dólares gastados por maletas viajeras sin beneficio alguno para la nación; visité las tres refinerías de crudo del país y evidencié sus logros y falencias; en Chanduy, provincia de Santa Elena, el Miduvi pretendió instalar el proyecto Ciudad Satélite, lo denunciamos al país y fracasó, causando ingentes pérdidas económicas; la defensa del cerro El Tablazo, en Santa Elena, fue tenaz. Era explotado inmisericordemente, en la actualidad hay un hermoso mirador turístico, pero sin el adecuado mantenimiento municipal; los problemas de Aguapen EP también fueron tratados insistentemente; el acuario de Valvidia fue el cuento del gallo pelón; la cooperación de la Espol con la Junta Regional de Agua Potable de Manglaralto ha sido exitosa; el drama del joven Andrés Cevallos fue ignorado reiteradamente por el presidente; el bullado caso del alcantarillado y juicio por tierras en Montañita tuvo especial atención, etcétera.

En noviembre pasado, el trasvase Chongón-San Vicente, proyecto de gran importancia para la Península de Santa Elena, que permitiría regar extensas áreas de tierras baldías para el cultivo y generación de agua potable en la zona norte, fue inaugurado por Correa de manera presurosa e irresponsable, tanto así que hasta ahora llega una gota de agua al embalse. Seguí de cerca el caso. No hay castigo para los responsables de esta farsa. En fin, han sido muchos los casos denunciados a través de esta columna, que no han tenido respuesta oficial, cumpliéndose el dicho “el que calla otorga”.

Al iniciar el año 2015, reitero mi compromiso con ustedes de seguir la misma línea de conducta y espero que las cosas cambien para bien de todos los ecuatorianos. Un abrazo a ustedes, estimados amigos lectores. (O)