Es por demás reprochable la actitud que tuvo el presidente Correa con la vicealcaldesa de Guayaquil, Doménica Tabacchi, en la ceremonia realizada en esa ciudad con la presencia de mandatarios de otros países, atacando a una mujer que fue la concejala mejor votada en las últimas elecciones; peor aún, en la última sabatina, atacando nuevamente a esa dama, burlándose de sus características físicas y apellido. Basta recordar el trato a las mujeres con frases: “gordita horrorosa”, “silencio, majadera” y otras por el estilo.

Un hombre, sobre todo un presidente de la República, debe demostrar que bajo ningún concepto se justifican los agravios a una mujer y peor aún en un evento de características internacionales como el “celebrado” en nuestro país. Las diferencias ideológicas no deben servir de pretexto para un comportamiento como este. (O)
Julio Ramiro Reinoso Vaca, arquitecto, Quito

Considero un desatino muy fuera de lugar y de momento, el comentario del presidente de la República sobre la vicealcaldesa de Guayaquil.

Tiene un toque discriminatorio, que tanto enfatizan y se escandalizan, cuando se trata de otros grupos étnicos. Los “blancos, ojos azules, piel blanca” también se sienten discriminados cuando se los desprecia por ello. Nadie elige nacer como se nace, venimos a este mundo como Dios nos envía, y tener las características que tiene la vicealcaldesa de Guayaquil no es pecado. Pecado es tratar de hacerla sentir mal y empequeñecerla por ello, y ello tampoco es impedimento para que sea la representante de la mujer guayaquileña, y a mucha honra lo es, pues la mujer guayaquileña no tiene color ni raza, tiene su espíritu luchador, emprendedor, guerrero, amante de la libertad, que es lo que importa, más que ojos, pelos, piel. Y en cuanto a la teletón se refiere, ¿no la hicieron también en Quito? (O)
Nelly Lozada García, Guayaquil