Para qué también, simpatizo con el movimiento secesionista escocés. Un triunfo del SÍ a la separación abría la posibilidad de activar ideas similares en Gales y Occitania, interesante. Los países pequeños se manejan mejor, la experiencia lo demuestra ampliamente. ¿También está por la independencia de Cataluña? Verán, soy taurino entusiasta, en consecuencia tengo muchos y muy queridos amigos con similar afición. Tras la tonta e innecesaria prohibición de las corridas de toros en el país catalán, la gran mayoría de estos camaradas, por reflejo, se oponen a la soberanía de esa nación como si fuera cosa de ellos. Cuando me preguntan qué pienso del tema, les respondo justamente “cosa de ellos”, es decir, cosa que los catalanes deben resolver.
El Reino Unido y Canadá han dado ejemplo de cómo tratar estas cuestiones. Los habitantes de las regiones implicadas, Escocia y Quebec respectivamente, resolvieron en las urnas quedarse en la unidad. Listo, los que están por la separación se apenan, algunos lloran, pero se limitan a prepararse, mientras esperan una nueva oportunidad que, en derecho, les permita poner en práctica sus ideas. Al decir “en derecho” quiero expresar: bajo normas que garanticen que la decisión tomada será el genuino resultado de la voluntad mayoritaria y, en ningún caso, de leyes encaminadas a hacer difícil el cambio. Me parece que el esquema legal español, o el uso que se está haciendo de él, busca más evitar una secesión que permitir que Cataluña, o cualquier otra comunidad, se exprese libremente.
¿Usted cree que se puede consultar cualquier cosa y a cada rato a la población? ¿Incluida la disolución de la patria? La palabra patria me produce erisipela, pero si por esta entienden el Estado, sí, puede disolverse por voluntad de sus asociados, tal y como se supone fue creado... y si no fue creado así, no tiene legitimidad. Pero no todo puede consultarse, los derechos individuales, a la vida, la libertad y a la búsqueda de la felicidad no fueron creados por decisión plebiscitaria, sino concedidos por la naturaleza (por Dios, digo yo) y no están sujetos a referéndum. Con la tecnología moderna el procedimiento de las consultas se hace sencillo, algún día maravilloso seremos consultados todos los fines de semana sobre los más variados temas. Como en los países civilizados el sufragio es un derecho y no una obligación, concurriremos a las urnas solo cuando el tema sea de nuestro interés. Los legisladores se convertirán en meros tramitadores de la voluntad soberana (ahora también lo son, pero el soberano no es pueblo).
Desde que los susodichos casito pierden la consulta de 2011 y tuvieron que bajarse de la tarima llorando con el saltatius interruptus, le agarraron terror a este sistema esencialmente republicano, se olvidaron de la “democracia participativa” con la que antes se llenaban la boca y se preparan para pergeñar unas “enmiendas”, que harán casi imposible que el pueblo sea consultado por los temas que solo al pueblo le compete decidir.
Como en los países civilizados el sufragio es un derecho y no una obligación, concurriremos a las urnas solo cuando el tema sea de nuestro interés.