En épocas de inicio de nuevas administraciones suele escucharse declarar a los recientemente llegados que han recibido una cantidad infinita de deudas que les impide avanzar con los proyectos planteados en campaña. La cantaleta se repite en algunas ciudades del país, sobre todo donde aún no se visibiliza acción alguna y que inquieta a quienes votaron o no por ellos. Las tibias excusas evidencian falta de conocimiento sobre la institución que decían conocer.
Una variedad de obras no necesitan de recursos económicos sino de buenas iniciativas, voluntad y acción conjunta. Los temas culturales, turísticos y organizacionales solo demandan de ordenanzas y ejecutividad para hacerlos cumplir. No necesariamente las obras tienen que ser físicas y monumentales. Es imperativo ejercer el mando con seriedad y propender a que la ciudadanía se someta a las regulaciones de los cabildos, si este postulado no se cumple entonces las obras físicas en un ambiente caótico donde nadie respeta nada, pasan a ser prosaicas. Es más enriquecedor desde la perspectiva estética funcional iniciar una intervención urbana integral con intencionalidad de cambiar la faz de las ciudades sin el permanente acoso político de “mostrar algo”. Es mejor que la ciudadanía reflexione permanente y positivamente sobre la integralidad de la ciudad, a que se detenga a observar una obra que no dura mucho en la memoria. El alivio en la movilidad vehicular y peatonal, la dotación de mobiliario urbano, el borrado de grafitis, el mejoramiento de la convivencia social, el apoyo a iniciativas culturales y deportivas, etcétera, no necesitan de préstamos ni fuertes inversiones, solo de tiempo destinado a su planificación y la puesta en marcha. Es de esperar que pasada estas temporadas de lloriqueo radial y televisado, los ungidos se concentren en la ejecución de sus planes presentados en el Consejo Electoral, so pena de que se empiece a sazonar en la conciencia colectiva el anuncio del presidente Correa de exigir la realización de las ofertas de campaña y dar estricto cumplimiento al art. 61, numeral 6 y al art. 105 de la Constitución como a otros cuerpos legales conexos.
Eugenio Morocho Quinteros, arquitecto, Azogues, Cañar