Dentro del calendario agroastronómico andino, existen las cuatro fiestas o celebraciones conocidas como el Pawkar Raymi, el Inti Raymi, el Kuya Raymi y el Kapak Raymi. Estas festividades están ligadas básicamente a los dos equinoccios y dos solsticios que se producen anualmente. Dentro de la cosmovisión de los pueblos originarios de los Andes, la paridad y la complementariedad son elementos sustanciales de su religiosidad, que se evidencian en estas festividades, al dividirse en dos celebraciones de la masculinidad como el Inti Raymi del mes de junio y el Kapak Raymi del mes de diciembre; y dos celebraciones que representan a la feminidad, el Pawkar Raymi del mes de marzo y el Kuya Raymi del mes de septiembre.

El Inti Raymi ha sobrevivido a través de los siglos, como la fiesta más significativa de los pueblos andinos asentados en varios países de Sudamérica, con distintos nombres, como San Juan o San Pedro; hasta que en las últimas décadas han retomado nuevamente sus nombres originarios, según documentos antiguos y conclusiones históricas. El Inti Raymi más difundido y conocido mundialmente, es el de Cusco, Perú, donde a manera de una representación, se recrea la fiesta del sol imperial, de la época de los Incas.

En nuestro país, a diferencia de la Costa, esta fiesta ancestral capta la atención de casi todos los pueblos de la serranía ecuatoriana. En la parte norte, de manera especial en Imbabura y Pichincha, el fervor festivo ya empieza a retomar pueblos y comunidades de la región, que comienzan a difundir una amplia programación en los medios, donde se incluyen ceremonias rituales, baños de purificación en vertientes, cascadas y lagunas; como también encuentros culturales donde predominan vistosos trajes típicos, “castillos”, “ramas de gallo”, música y danzas, como también la alimentación propia de esta época. Cabe notar que según el pueblo o etnia, en el caso del elemento dancístico, varía de distinta forma; entre el melodioso y galante de los kayambis, por ejemplo, con el marcial y estruendoso de los natabuelas y cotacachis; el de los otavalos es más bien armonioso y místico.

En el caso de los kichwas otavalos, la dinamia cultural es un tanto atípica; pues su carácter de mindaláes y viajeros, ha permitido que esta celebración se internacionalice. Son conocidos y ya tradicionales los Inti Raymi que se celebran en distintas partes del mundo, donde exista una colonia importante de hermanos kichwas, como Nueva York, Barcelona, Chicago, Bogotá, Santiago, para nombrar solo unos cuantos. Resulta curioso saber por ejemplo, que los kichwas que están por Illinois, realizan la noche del baño ritual en el Lago Michigan.

Todas estas fiestas que de alguna forma se mantuvieron ocultas bajo una denominación cristiana, representa un legado histórico, que fundamenta la ecuatorianidad, y sin lugar a dudas se configura como un patrimonio cultural muy importante. Festividades como estas deben ser llamadas a la revitalización y preservación, como elementos culturales que incluso pueden ser potencializados turísticamente.